En la obra de Melchor Zapata la intensidad del colorido, la riqueza de la materia, la pincelada suelta y precisa, se intensifican en aquellos trazos en los cuales los elementos de su temática imponen una reciedumbre a la estructura de la forma, como si pretendiera, de este modo, subrayar su simplicidad. Pintura cuyo expresionismo se haya imbuìdo de tanta serenidad como fuerza en su significado.
Gutierrez (La Vanguardia, Barcelona)
Melchor Zapata es un pintor abarrocado, de fuerte temperamento y muy imbuido del propósito de dotar a sus composiciones de una profunda significación emblemática o simbólica. Sus lienzos, muy ricos de materia valen por lo intensos, por la monumentalidad de la forma y por el vigor estructural que poseen. Una maternidad excelente de firmes ritmos compositivos y de colores bien conjugados. Algunos bodegones muy constriudos y unos paisajes en la línea de la torrencialidad cromática de un Vlaminck. Pintor que tiene la virtud de su autenticidad, su franqueza y su sostenido vigor.
El tono rojo domina la paleta de Zapata, como si de una llama se tratara. Pintura de recio empaste, vigorosa pincelada y fuertes tonos, son la cromática de este pintor.
Los tonos oscuros bordean árboles y figuras casi agresivos pero muy bellos.
Melchor Zapata es un artísta con personalidad, su obra destaca por ella y por su soltura, que sigue una atrayente línea.
C. de Kinderlan (Diario Pueblo, Madrid)
Su estilo dentro de las artes plásticas es marcadamente expresionista y hay un trasvase de técnicas entre las dos disciplinas que practica: «Lo que he aprendido en la pintura los reflejo en la escultura. Por eso, las piezas que parecen sobresalir por encima de la anatomía del toro son como las pinceladas que se escapan de un cuadro».
Vicent Climent (Levante-EMV, Castelló)
Melchor Zapata es un artista en constante evolución y en firmeza plásticas. Hay que definirlo como hombre inquieto e inquietante. Su pintura y su escultura son tan características que basta con ver una de sus piezas para entrocarle. Es además un artista prolífico, por la cantidad de lienzos y esculturas. A lo largo de su dilatada carrera como creador, ha simultaneado ambas Bellas Artes que puedo afirmar sin error, que aún siendo diferentes, tienen la esencia de su buen hacer.
Hilda Boni Hans
Melchor Zapata ha sabido asimilar adecuadamente las lecciones del postimpresionismo europeo y ha ido gestando con el paso del tiempo un particular expresionismo que cristaliza en sus paisajes, naturalezas muertas y retratos como prolongaciones de su propia experiencia vivida y sentida sobre estas temáticas. Alejado de todo convencionalismo realista, consigue transmitirnos su vivencia de la realidad, donde se macera el tema elegido con su personal idiosincrasia.
Sus obras son él mismo, porque Melchor derrama sobre el lienzo retazos de su propio interior, de manera que sus vistas asumen una personalidad e individualidad acorde con su visión particular y sus emocionadas vivencias de todo aquello que luego transcribe con los pinceles sobre la tela.
Pascual Patuel
Posee un universo propio, y a él vuelve una y otra vez; es un expresionista que transfigura la dureza de muchos temas con la delicadeza que trasciende del cariño que el propio artista siente por sus criaturas, unos seres más soñados que reales, arquetipos más que retratos; el bodegón de pasta espesa y goma muy reducida y, sobre todo, los paisajes arrebatados, rozando la abstracción gestual en la casi nula apoyatura temática, y que le permiten una profunda expresión. Es por lo tanto, un pintor expresionista, que desconecta la mente y deja que el corazón sustituya a la mano en la ejecución, con colores enérgicos y llamativos, que van desde las oleadas azuladas en los tejidos a la topografía rojo-rosada de manos y rostros.
Manuel Godoy
Intrépido y lozano en la ejecución pictórica, despunta en su trayectoria realizando vigorosamente sus obras, satisfaciéndolas en cada intervención en la que transforma , convulsiona y dota de vida la materia, casi hasta el éxtasis, el vértigo que no es sino entrega a la creatividad. Deja desentrañar y descubre el impulso de la inspiración y prosigue en este quehacer incansable que forma parte de la personalidad del mismo artista y a la cual reintegra su deuda mediante el contínuo devenir plástico.
Beatriz Vázquez
Este artista, mitad andaluz mitad valenciano,recorre con sus pinturas el trecho que hay desde el expresionismo hasta la fiereza cromática de Van Gogh, sin caminos intermedios. Sus rostros, sus figuras, sus paisajes, los inventa, por no decir los crea, y los construye a golpe de espátula,plenos de valores tonales, lumínicos y conceptuales. Establece y tensa instantáneamente el hilo de la comunicación emocional por el hecho de ser y parecer hipersensitivo y no fedatario, servil de la realidad. Comunica -insisto- plásticamente las sensaciones del artista en el trance del trazo. Y lo hace además utilizando como vehículo un lenguaje tremendamente expresionista, ungido de ingenio pictórico.
Lorenzo Berenguer